El Departamento de Policía del Capitolio de Estados Unidos dice que se está tomando en serio la inteligencia sobre un posible complot de un grupo de milicias para atacar el Capitolio este jueves. «Ya hemos realizado importantes mejoras de seguridad para incluir el establecimiento de una estructura física y el aumento de la mano de obra para garantizar la protección del Congreso, el público y nuestros agentes de policía», dijo el departamento.
Redacción Negocia en Miami.-
«Nuestro departamento está trabajando con nuestros socios locales, estatales y federales para detener cualquier amenaza al Capitolio», acotó el comunicado.
El edificio donde se reúne el Congreso ha sido protegido con la ayuda de tropas de la Guardia Nacional y rodeado por un perímetro de seguridad extendido con vallas altas desde el ataque del miércoles 6 de enero al Capitolio por partidarios del entonces presidente republicano Donald Trump, mencionó Voice of America (VoA).
Esa turba irrumpió en el Capitolio cuando los miembros del Congreso se reunieron para certificar la victoria electoral del presidente Joe Biden sobre Trump.
La fecha del jueves está relacionada con una teoría de conspiración de extrema derecha de que Trump, quien repetidamente afirmóque el fraude electoral masivo le costó las elecciones, regresaría al poder el 4 de marzo. La fecha fue el día de la toma de posesión de los presidentes estadounidenses hasta que se trasladó al 20 de enero en 1937.
A principios de esta semana, el Buró Federal de Investigación (FBI) y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) advirtieron a las autoridades locales en un boletín de inteligencia conjunto que un grupo de milicianos extremistas había discutido alentar a la gente a viajar a Washington y tratar de tomar el control del Capitolio.
Las amenazas llevaron a la Cámara de Representantes a cancelar su sesión de hoy jueves. El Senado si está programado para reunirse hoy.
Los legisladores han celebrado varias audiencias sobre lo que se sabía antes del ataque del 6 de enero y cómo respondieron las agencias locales y federales.
El Departamento de Justicia ha acusado a más de 300 personas de participar en el asedio que dejó cinco muertos, incluido un oficial de la Policía del Capitolio.
La revelación corrió a cargo del jefe de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia, el general William Walker, quien prestó testimonio en una sesión conjunta de tres comisiones de la Cámara Alta, incluida la de Seguridad Nacional, destacó Voice of America.
Walker narró cómo solicitó al Departamento de Defensa el despliegue «inmediato» de los reservistas para acudir en ayuda de la Policía del Capitolio, que se estaba viendo sobrepasada por cientos de seguidores del entonces presidente Donald Trump que irrumpieron en la sede del poder legislativo con el propósito de impedir la certificación de los resultados electorales.
«Yo los habría enviado inmediatamente, tan pronto como colgué», aseguró el general. Sin embargo, la llegada de los militares al complejo del Congreso aún se habría de demorar por tres horas. El general lamentó que, incluso, tras ser aprobado el despliegue por parte del Pentágono la autorización le llegó media hora más tarde.
De acuerdo con el oficial, las nuevas directrices le obligaban a conseguir la autorización del secretario de Defensa y del secretario del Ejército «en esencia» incluso para «proteger» a sus hombres, una medida «inusual» que, según aseguró, nunca antes había visto a lo largo de su ya larga carrera.
El militar no pudo aclarar el porqué del retraso ni de las restricciones, pero reconoció que había una preocupación entre el alto mando sobre la «imagen» que podría dar un despliegue de tropas en el corazón de Washington DC.
«Los altos rangos del Ejército no pensaban que se vería bien, no sería una buena imagen, y sostuvieron que podrían incitar aún más a la multitud», concedió.
Terrorismo doméstico
Es la primera vez que el jefe del Buró Federal de Investigación, la agencia de inteligencia estadounidense, presta testimonio ante los legisladores sobre los sucesos del 6 de enero, que dejaron cinco muertos, aclaró Voice of America.
Wray dijo haberse sentido “horrorizado” ante la “violencia y la destrucción” que se vio en el Capitolio, cuando cientos de seguidores del expresidente Trump asaltaron el edificio, traspasando las barreras de seguridad, rompiendo ventanas y forzando puertas.
“El ataque fue -simple y llanamente- comportamiento criminal (…), un comportamiento que en el FBI vemos como terrorismo doméstico”, afirmó el director de la principal agencia de investigación del país.
Wray explicó que el FBI ha arrestado a 270 personas que participaron en el asalto y ha abierto cientos de investigaciones en 49 estados. El funcionario subrayó que tolerar tales actos “sería burlarse del Estado de derecho”.
“No fue un evento aislado”, alertó Wray, “el problema del terrorismo doméstico se ha extendido por todo el país por mucho tiempo y no se irá pronto”.
«No hemos visto prueba alguna de la participación de anarquistas extremistas violentos o gente de antifa«, sostuvo. «Eso no significa que no lo estemos investigando y que lo seguiremos haciendo, pero, de momento, no hemos visto nada al respecto».
No es la primera vez que el jefe de inteligencia habla sobre la amenaza interna; el año pasado, también en una audiencia ante el Congreso, Wray señaló que el 2019 fue el año más mortífero por parte del terrorismo doméstico desde los atentados en Oklahoma City en 1995.
