En la Navidad de 1955 un niño llamó por error al ente precursor del NORAD para hablar con Santa. Así comenzó la tradición de este servivio.

La Casa Blanca estuvo presente en las celebraciones navideñas. El presidente Donald Trump y su esposa, la primera dama Melania Trump, respondieron desde el 1.600 de Pennsylvania Avenue llamadas telefónicas de niños que querían saber dónde estaba Santa Claus en ese momento.
Basaban los datos que suministraban a los pequeños en el informe de seguimiento de Santa del Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD).
A un niño el Presidente le preguntó si todavía creía en Santa Claus, mientras que a otro le prometió «Hablamos después».
La primera dama hubicó a Santa Claus en lugares tan lejanos como el desierto del Sahara o Marruecos, prometiendo que San Nicolás llegaría tiempo a Estados Unidos para Navidad.
El cierre del gobierno federal no afectó el programa del NORAD que sigue la trayectoria de Santa Claus porque es operado por voluntarios en la Base Peterson de la Fuerza Aérea en Colorado. Los fondos para este programa son preaprobados cada año por el Departamento de Defensa.
En la Navidad de 1955 un niño llamó por error al ente precursor del NORAD para hablar con Santa. Así comenzó la tradición de este servivio.